Los cuentos son una herramienta que tenemos a nuestra disposición para ayudarnos a educar a los niños y las niñas. Pueden sernos de gran utilidad a la hora de introducir un tema o hablar de ciertos aspectos que nos preocupan, pero no hay que olvidar que los cuentos no educan en sí mismos, únicamente nos brindan un apoyo.
Además, a través de los cuentos se pueden trabajar las competencias educativas favoreciendo su desarrollo. Las competencias clave según la Unión Europea, “son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo”. Pretenden garantizar la formación integral en la esfera personal, emocional, afectiva e intelectual y social.
- Competencia en comunicación lingüística.
- Competencia plurilingüe.
- Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería.
- Competencia digital.
- Competencia personal, social y de aprender a aprender.
- Competencia ciudadana.
- Competencia emprendedora.
- Competencia en conciencia y expresión culturales.
Algunos de los beneficios que tienen los cuentos:
Los cuentos favorecen la compresión y expresión oral y escrita, además de ampliar vocabulario. Ayudan a identificar formas geométricas, las perspectivas, las medidas, resolución de problemas, etc. Muestran a los niños y las niñas el mundo que les rodea y el reconocimiento de su propio cuerpo… Ayudan a los/las niños/as a tener un pensamiento crítico y observar diferentes dilemas morales, aprender qué es la solidaridad y el trabajo en equipo, etc.
A través de los cuentos también se desarrolla la creatividad y el conocimiento de diferentes expresiones artísticas. Podrán conocer distintas realidades sociales, culturales y entender la diversidad existente dentro del mundo en el que viven.
Se puede trabajar la autoestima, la seguridad en ellos y ellas mismas poniendo nombre a las emociones para que puedan reconocerlas, entenderlas y gestionarlas. No es lo mismo estar feliz que eufórico, sentir rabia, malestar o enfado, estar triste o melancólico, tener miedo o estar asustado, etc.
Pero, a la hora de ofrecer los cuentos, ¿qué hay que tener en cuenta?
Es importante tener presentes varios aspectos para escoger qué cuentos queremos que los niños y las niñas tengan a su alcance:
- Debe estar adecuado a la edad y madurez de los/las niños/as. No todos los cuentos valen para todos/as a pesar de que tengan la misma edad. Cada niño y niña tiene unas necesidades, por lo que debemos conocer bien cuáles son en cada momento para ofrecer cuentos que se ajusten a éstas.
- Ofrecer variedad literaria, para que los niños y las niñas puedan descubrir qué les gusta. Es importante que tengan a su alcance distintos tipos de cuentos, para que puedan averiguar qué tipo de libros les gustan más. Historias de aventura, cuentos de hadas, cuentos interactivos, ilustrados…No ofrecer únicamente cuentos que nos gusten como adultos.
- Que sean respetuosos para la infancia, que no aparezca violencia física, ni verbal, sino que, fomente valores como el respeto, la tolerancia, la empatía, etc.
A la hora de ofrecer cuentos a los niños y niñas es importante poner a su disposición variedad literaria, que puedan tener a su alcance distintas historias, situaciones, personajes, etc. También es conveniente que si hay un tema concreto del que queremos hablar, éste aparezca de forma natural en la trama y se sienta como una situación cotidiana con la que los niños puedan identificarse. Podrán poner nombre a sus emociones, reconociéndolas en los cuentos, “el personaje está celoso, tiene miedo, se siente feliz…”
Además, brindando distintos tipos de cuentos estamos ofreciendo a los niños y niñas que puedan conocer otras realidades sociales y culturales, formas de sentir, formas de vivir, etc. Ayudará a visibilizar la diversidad familiar, cultural, de género…Pueden tener a su alcance muchas situaciones y normalizarlas, generando así empatía.
A través de los cuentos también se aprende resolución de conflictos y distintas formas de hacerlos frente. Podrán observar cómo usando el diálogo, el ingenio, estrategias de comunicación…se resuelven distintas situaciones.
No tenemos que olvidar que leer tiene que ser un placer, tiene que hacer disfrutar y no ser una obligación. Por lo que, debemos encontrar cuentos que generen ese sentimiento de diversión.
Como adultos siempre somos ejemplo, por lo que, si queremos que nuestros hijos e hijas generen ese gusto por la lectura, no hay mejor manera de hacerlo que viendo como su padre o madre lee un libro y disfruta con ello.