AFECTO

Acompañamiento digital, ¿por dónde empezamos?

Son muchos los artículos, conferencias y noticias que tenemos a nuestra disposición y nos advierten de un sinfín de riesgos y contraindicaciones que se están observando por la exposición de nuestros hijos e hijas a las pantallas durante los primeros años de vida. 

Las madres y los padres tenemos un reto por delante significativo, acompañar en el uso de nuevas tecnologías, en muchos casos, partiendo de una falta de conocimiento de las mismas, ya que hemos nacido en otro contexto y es necesario que hagamos un esfuerzo extra para ponernos al día con los nuevos avances.  

Seguramente si preguntamos a un niño de 5 años cuándo cree que se ha inventado internet nos mirará con cara de sorprendido. Los niños y las niñas de hoy en día no conciben un mundo sin Smartphone, Tablet y sin conexión a internet. No son conscientes de que sea algo inventado, lo tienen integrado como un elemento presente en la tierra, algo que forma parte de nuestro planeta desde el origen de los tiempos. 

Avance sin retorno. 

Nos guste o no, la realidad es que el avance de la tecnología es imparable, y lejos de estancarse, en los próximos años veremos un crecimiento exponencial que en poco tiempo dibujará un mundo bastante diferente del que conocemos hoy en día. 

Para empezar, creemos que es necesario desmontar la creencia que acompaña a la etiqueta de “nativos digitales” que ponemos a los niños y las niñas nacidos en este contexto tan tecnológico, y con la que parece que damos por hecho que su nacimiento viene acompañado de un conocimiento especial para hacer un uso adecuado de la tecnología. Nada más lejos de la realidad. Al igual que no saben usar un paso de peatones por haber nacido en un mundo donde están presentes, tampoco saben usar la tecnología por mucho que deslicen su dedo rápidamente por la pantalla. Necesitan que los acompañemos de igual manera tanto en el mundo virtual como en el real.  

La tecnología de por sí no es algo bueno o algo malo, la clasificación que hagamos dependerá del uso que le demos. Partiendo de esta premisa podemos empezar a reflexionar sobre nuestro papel en la educación digital de nuestros hijos e hijas.  

La niñera digital, el principal riesgo. 

La preocupación existente sobre el uso de pantallas en los primeros años de vida está muy ligada al término “niñera digital”. Detrás de esta etiqueta encontramos a niños y a niñas de edades muy tempranas consumiendo en solitario contenidos de entretenimiento: videos, música, videojuegos, etc., mientras sus padres y/o madres están atareados preparando la comida, limpiando la casa o comiendo con un grupo de amigos y amigas.  

Este uso es especialmente preocupante si los dispositivos que dejamos a su alcance están conectados a internet, su uso excede el tiempo de exposición recomendado y además carecen de controles parentales.

El uso de dispositivos como medio de distracción, en diferentes ambientes, condiciona la conducta de los niños y las niñas, contribuye a su aislamiento e interfiere en su aprendizaje y su desarrollo. Es por ello que el uso de pantallas con la función de “niñera” no debería formar parte de nuestra rutina diaria, limitando este uso a momentos muy puntuales en los que no tengamos otra alternativa.  

En la presencia está la clave. 

Durante los primeros años de vida necesitamos del contacto y la interacción para el establecimiento del aprendizaje. Recogemos información a través de los sentidos, escuchando, tocando, imitando lo que vemos en las personas que nos rodean y repitiendo conductas reforzadas con sonrisas, respuestas afines y atención. Aprendemos y creamos vínculos a partir de la interacción con el medio y las personas que lo conforman.  

Como padres y madres tenemos la responsabilidad de acompañar y guiar a nuestros hijos e hijas en todos los entornos en los que se desenvuelven. En este sentido, no hay dudas cuando pensamos en el mundo real, pero, como acompañamos a niños y niñas en el mundo real, es necesaria nuestra presencia y acompañamiento en el mundo digital, ¿acaso dejarías a tu hija de 4 años salir sola de casa para ir al parque? Los niños y las niñas necesitan que los acompañemos en el mundo digital, igual que lo hacemos cuando salen a la calle.  

Estar a su lado, esa es la clave. Estar a su lado mientras vemos una película, comentar lo que va sucediendo, nombrar lo que aparece y animarte a que tú también lo hagas. Estar atento o atenta al impacto que tiene lo que estás viendo en la Tablet o en la televisión, identificar si necesitas alguna explicación para comprender lo que está ocurriendo.   

Darle la vuelta a la tortilla: las pantallas como herramienta de aprendizaje y estimulación del desarrollo. 

Podemos cambiar la manera en la que nos acercamos a la tecnología. Tomar consciencia de cómo queremos introducir a nuestros hijos e hijas en ella y con qué finalidad lo hacemos. Para ello pueden resultarnos de ayuda las siguientes premisas:  

  • Tener en cuenta las recomendaciones sobre la exposición a pantallas de los organismos oficiales. Existe un consenso general que nos recomienda evitar el tiempo de pantalla en niños menores de 2 años y limitarlo a una hora al día en niños y niñas de 2 a 5 años.  
  • Reflexionar sobre la manera en la que queremos que la tecnología esté presente en nuestro día a día. Es importante pensar con antelación sobre esta cuestión, para asegurarnos que su uso se ajusta a nuestros valores e ideas. Algo que puede ayudarnos en este punto es la elaboración de un Plan Digital Familiar
  • Cuando llegue el momento de que nuestros hijos e hijas accedan a dispositivos electrónicos, es importante seleccionar el contenido al que se expondrán: juegos que sean divertidos y sencillos, que desarrollen la imaginación, recreando escenarios de la vida cotidiana, diseñando personajes, haciendo construcciones, etc. Es importante que podamos jugar o utilizar la aplicación sin tener que estar conectados a internet y que durante su uso no aparezcan anuncios invasivos que desvíen la atención.  

Futuro digital 

No cabe duda de que la sociedad camina hacia un desarrollo tecnológico sin precedentes. Los dispositivos y pantallas formarán parte del día a día de nuestros hijos e hijas, con nuestro acompañamiento podemos contribuir a que identifiquen que este contexto no es ajeno al resto de la familia, sino que puede ser algo compartido. Hacer uso, desde el principio, de las pantallas de esta manera facilitará mucho el acompañamiento en las etapas posteriores.  

Reflexionar sobre cómo queremos que la tecnología entre en nuestras casas y en la vida de nuestros hijos e hijas es un reto que debemos asumir como padres y madres del siglo XXI. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *