¿Alguna vez has pensado que estabas haciendo las cosas mal con tus hijos o hijas? ¿Te has sentido “mala madre” o “mal padre”? ¿Cómo te ha hecho sentir eso? Nuestros pensamientos tienen una gran influencia sobre nuestras emociones y conductas en todos los contextos, incluidos en nuestro rol parental.
Nuestra reacción ante un acontecimiento o situación depende en gran parte de cómo lo percibimos, valoramos e interpretamos.
El modelo ABC es una teoría de Albert Ellis (Ellis, 1962) que trata de explicar eso, el motivo que nos lleva a las personas a comportarnos de una forma u otra ante la misma situación en función de los pensamientos y creencias que nos genere esta. En otras palabras, explica el papel de nuestros pensamientos sobre nuestras emociones y conductas.
En esta teoría, Ellis propone tres componentes para este modelo:
- Acontecimiento activador (A): Se refiere a la situación concreta que la persona vive.
- Creencias y pensamientos (B de “beliefs” en inglés) que surgen a partir de la situación (A), que pueden ser racionales o irracionales. Es decir, cómo vivimos esa situación.
- Consecuencias emocionales y conductuales (C): Reacción emocional y conductual que se producen a partir de nuestros pensamientos (B).
Por lo tanto, en función de lo que pensemos o creamos, reaccionaremos de una forma u otra.
Modelo ABC en situaciones diarias. Casos prácticos.
Este modelo es especialmente útil para reflexionar sobre qué nos provoca que reaccionemos de una forma u otra. A continuación, vamos a analizar tres situaciones de nuestro día a día desglosando cada apartado de este modelo y ejemplificando pensamientos tanto positivos como negativos de la situación para analizar cómo nos influyen en nuestras reacciones.
Cada una de las tres situaciones hará referencia a un contexto distinto.
Caso 1: Nuestros pensamientos influyen en la relación con nuestros hijos e hijas.
– Acontecimiento (A): Imagina que tu hijo o hija adolescente llega a casa, le saludas dos veces pero te ignora ambas, y además, cuando se mete en su habitación da un portazo.
– Creencias y pensamientos (B): Ante esta situación podemos pensar varias cosas.
– “Es un maleducado que me ignora y encima da portazos en casa”.
- Nuestra reacción emocional y conductual (C) ante este pensamiento podría ser: Me enfado, mi cuerpo siente tensión, voy a su habitación y le riño.
– “¿Qué le habrá pasado? ¿Habrá tenido un mal día? No es normal esa conducta…”
- La reacción emocional y conductual (C) podría ser: Preocupación, ir a preguntar si necesita algo, si está bien, conductas de cuidado…
Caso 2: Nuestros pensamientos influyen en nuestra autoestima parental.
– Acontecimiento (A): Tu hijo o hija de 9 años ya no quiere que le acompañes hasta la puerta del colegio y además, no quiere que le des un beso antes de entrar. Dice que le da vergüenza.
– Creencias y pensamientos (B): Ante esta situación podemos pensar varias cosas.
- “Mi hijo se avergüenza de mí. Seguro que ahora ya no quiere que vayamos juntos a la piscina en verano porque le dará vergüenza. ¿Por qué al resto de padres le siguen dando besos? ¿Qué habré hecho mal?”.
- Nuestra reacción emocional y conductual (C) ante este pensamiento podría ser: Tristeza, baja autoestima, vergüenza, culpa…
- “Está creciendo, me da mucha pena pero entiendo que es parte de su desarrollo. Buscaré otro momento en casa para darle besos sin que nadie nos vea, así no le dará vergüenza. ”
- La reacción emocional y conductual (C) podría ser: Seguridad, confianza, buena autoestima, comprensión, adaptación a la nueva situación…
Caso 3: Nuestros pensamientos influyen en nuestras relaciones de pareja
– Acontecimiento (A): Últimamente discutes bastante con tu pareja.
– Creencias y pensamientos (B): Ante esta situación podemos pensar varias cosas.
- “Cada vez que discutimos se rompe un poco más la relación… Ya no estamos tan enamorados como antes, esta relación tiene los días contados porque todo irá a peor”.
- Nuestra reacción emocional y conductual (C) ante este pensamiento podría ser: Me siento triste, duermo poco, pierdo la ilusión…
- “Esto es sólo una racha, nuestros hijos son pequeños, dormimos mal y al final estamos más cansados y susceptibles”
- La reacción emocional y conductual (C) podría ser: Me siento en calma porque comprendo la situación, intento tener una actitud de comprensión, busco espacios de cuidado de pareja
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A través de estos ejemplos de situaciones que podemos vivir en nuestro día a día podemos observar la influencia que tienen nuestros pensamientos en nuestra conducta y emociones.
Toma de consciencia y pensamientos alternativos
Cuando soy capaz de tomar consciencia de los pensamientos que tenemos podremos detectar aquellos irracionales o que nos generan malestar para cambiarlos.
Analizar cada paso del Modelo ABC puede ayudarnos a ser conscientes y realizar un cambio en nuestros pensamientos que nos favorezca a tener pensamientos y emociones que nos generen en mayor medida bienestar y nos motiven a tener actitudes más proactivas.
A continuación, os dejamos algunos tips y recursos que pueden ayudar a tomar consciencia y realizar ese cambio:
- Pon en práctica el Modelo ABC analizando situaciones, qué pensamientos nos generan y la relación entre esos pensamientos y las conductas/emociones que nos provocan.
- Evaluar si los pensamientos de las situaciones son racionales o irracionales, o incluso si son negativos o positivos. ¿Es un pensamiento negativo? ¿Es cierto? ¿Podría cambiarlo y ver otro punto de vista?
- Identificar pensamientos alternativos que podríamos tener ante esa misma situación. Tras la valoración de los pensamientos del paso anterior, si consideramos que estos son irracionales o desde un punto de vista negativo, podremos reflexionar sobre qué otros pensamientos podríamos tener que nos generen bienestar. Para incidir en ese cambio de pensamiento, estos se pueden escribir en un papel para hacerlos más conscientes.
Romper el patrón negativo de nuestras creencias y pensamientos requiere de práctica y de un trabajo continuo pero que seguro que merece la pena realizar para mejorar nuestro bienestar y las relaciones familiares.