AFECTO

Incorporación al trabajo tras ser madre

Ha pasado nuestra baja por maternidad y es hora de volver al trabajo. Nos inundan los sentimientos y dudas. Para muchas madres, la incorporación al trabajo es un proceso duro y complicado en el que un montón de emociones, algunas veces contradictorias, surgen. Hay madres que les apetece volver al trabajo y otras que se quedarían más tiempo con su bebe en casa. Para muchas mujeres es un momento emocionalmente muy complicado. 

Es importante que tomemos la vuelta al trabajo como una nueva etapa. Será diferente y difícil al principio para toda la familia adaptarse a las nuevas rutinas. El tiempo pasa rápido y, cuando menos te lo esperas, estarás de vuelta a casa para poder disfrutar (con muchas más ganas) del tiempo libre con tu familia.  

Organización en la reincorporación

Toca organizarse para dejar a alguien al cuidado de nuestro hijo o nuestra hija, puede que sea el padre, el abuelo y o la abuela, la guardería o una persona cuidadora. Quizás esto es lo más difícil para nosotras ya que pensamos que donde mejor están nuestros hijos y nuestras hijas es con nosotras pero por circunstancias no es posible. Lo más importante a la hora de elegir a la persona que se queda a cargo de nuestro o nuestra bebe es que haya confianza y buena comunicación. Empezar con tiempo a organizar la vuelta al trabajo nos puede servir a llevarlo mejor e irnos más tranquilas a trabajar. Cuanto más claro tengas como vas a organizarte cuando vuelvas al trabajo, menos ansiedad pasaras. Las incertidumbres no son nada buenos para nuestro estado de ánimo porque generan mucha inseguridad. 

Sentimiento de culpa

Nos podemos sentir culpables por dejarles en manos de otra persona, no pasar suficiente tiempo con ellos y ellas o por sentir que nos perdernos aprendizajes nuevos. Incluso el deseo de querer volver al trabajo puede hacernos sentir mal. 

Intenta olvidarte del sentimiento de culpa. A muchas mujeres les viene bien volver al trabajo y lo necesitan para desconectar y sentirse realizadas de otra manera que no sea ejerciendo de madre y, además, ¡nuestro bebé va a estar en buenas manos! 

¡No me dan las horas!

Muchas veces nos surge una especie de efecto nido cuando nos toca volver al trabajo. Queremos que todo esté listo, que no se nos olvide nada, como si no fuéramos a tener más tiempo de estar en casa y hacer nuestras labores domésticas. Esto lo hacemos para irnos más tranquilas a trabajar porque tenemos miedo de no poder o saber organizarnos estando trabajando pero la verdad es que poco a poco nos vamos haciendo a la nueva rutina y sabremos encontrar tiempo para ir a trabajar, realizar los quehaceres domésticos, estar con nuestros hijos y nuestras hijas y encontrar tiempo para nosotras… 

Esto último es lo que más nos suele costar, el tener un rato para cuidarnos a nosotras mismas; ir a tomarnos un café con una amiga o un amigo, ir al gimnasio, retomar algún deporte o simplemente sentarnos un rato y dejar nuestra mente en blanco porque todas sabemos que como madres no dejamos de pensar en ningún momento. La verdad es que es tan importante que nuestro bebé este en buenas manos como que nosotras nos sintamos bien, lo que nos ayudará en la crianza de nuestros hijos e hijas. 

Para estas ocasiones y para otras necesarias; apóyate en tu pareja y en tus seres queridos para repartir las tareas. La corresponsabilidad es fundamental en donde la comunicación, de nuevo, es una palabra clave. Incluir a la pareja en la educación de nuestros hijos e hijas es primordial. Somos seres humanos y por mucho que queramos ocuparnos de todo nosotras, necesitamos repartir la carga de las responsabilidades en la crianza, aunque a veces sea difícil hacerlo. 

El descanso es muy importante para saber compaginar la vida laboral y la vida familiar. Por este motivo, es fundamental saber cuándo parar. Recuerda que cuanto más descansada estas, mejor podrás atender a tus quehaceres diarios y disfrutar de una relación positiva con tus hijos y tus hijas. 

¿Lo sabré hacer bien?

Estoy en el trabajo y no soy capaz de pensar en otra cosa que mi bebé, ¿estará bien?, ¿que estará haciendo?, ¿qué hago aquí?, ¡quiero estar en casa!. Ya no me siento cómoda, no sé si voy a poder cumplir con lo que se espera de mí. Es completamente normal pensar todas estas cosas, pero serán los primeros días o semanas. Nuestra vida ha cambiado y hemos estado un tiempo fuera de la vida laboral. Poco a poco iremos viendo que nuestro bebé está bien y que nosotras seguimos sabiendo como ejercer nuestro trabajo. ¡Dale tiempo! 

Por último, recordar la importancia de hablar de nuestras vivencias. Necesitamos desahogarnos, sentirnos arropadas, comprendidas y darnos cuenta de que no somos las únicas. 

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