El deporte es una de las actividades con más protagonismo actualmente, tanto a nivel de iniciación como de competición, adoptando un papel importante en el desarrollo de las personas. No solo hablamos de la promoción del desarrollo por parte de la propia actividad física, sino que también de otros factores que promueven ese desarrollo en los niños y las niñas, como son el papel que adoptan los padres y las madres en este contexto, o la función de las personas técnicas en el ámbito deportivo.
El deporte deporta varios beneficios, no solo a nivel físico o fisiológico, sino también con evidentes mejoras en aspectos psicológicos y sociales. Ayuda en el desarrollo de la personalidad de las personas, potenciando habilidades sociales, aumentando la autoestima y la sensación de competencia, mejorando la relación con las demás personas, favoreciendo la cooperación con otros sujetos, y a su vez, creando mayor sentimiento de pertenencia a un grupo social como puede ser un equipo deportivo.
Actualmente, podemos distinguir dos estilos principales de actividad deportiva: Deporte base o amateur, y deporte de rendimiento.
El deporte base, de iniciación, apuesta principalmente por el deporte educativo, lúdico y popular. Mediante el juego y el deporte, se adquieren y desarrollan competencias, habilidades y valores para la vida personal y social. El deporte de rendimiento por su parte, pone el foco de atención generalmente sobre la competición, la superación de retos y obstáculos, y la optimización del rendimiento.
En ambos modelos, niños, niñas y adolescentes son los protagonistas, pero encontramos otros agentes que normalmente se encuentran presentes. Es aquí cuando hablamos del Triángulo o Pentágono Deportivo (dependiendo del número de agentes que incluyamos) que se desarrolla a continuación.
EL TRIÁNGULO DEPORTIVO
Dosil (2008), uno de los psicólogos de referencia sobre el deporte de iniciación, propuso el Pentágono Deportivo para plasmar los agentes con mayor influencia sobre el desarrollo de los niños y las niñas en este ámbito. En este Pentágono encontramos cinco grupos implicados e interrelacionados entre si: Las personas deportistas, padres y madres, entrenadores y entrenadoras, el arbitraje y el equipo directivo. Sin embargo, nos centramos en el Triángulo Deportivo planteado por Ortín (2009) en el que incluye como agentes principales las propias personas deportistas, los padres y las madres, y los entrenadores y entrenadoras.
Los niños y niñas son los grandes protagonistas del deporte base. Practicando deporte para promover la salud física y mental mientras disfrutan y se divierten.
Los padres y las madres por su parte, tienen un papel fundamental en el desarrollo de sus hijos e hijas, al ser la familia la primera entidad educativa, y las personas adultas de mayor importancia y referencia para los niños y las niñas. Sin embargo, los entrenadores y las entrenadoras pasan momentos y ratos significativos con los niños, niñas y adolescentes deportistas, teniendo también un papel importante como promotores de su desarrollo.
ACTITUD PARENTAL CON HIJOS E HIJAS DEPORTISTAS
Las familias tienen un rol muy importante en la promoción del deporte educativo. Los padres y las madres son las personas adultas más importantes en la vida de los niños y niñas, teniendo gran influencia sobre su experiencia en todos los contextos, incluidos el deportivo. Son sus modelos de conducta, y por ese motivo recomendamos la promoción de valores a través de su propio comportamiento y actitud.
A continuación, se plantean una serie de recomendaciones para las familias con el objetivo de promover una mejor aptitud y el desarrollo de valores que aporta el deporte en sus hijos e hijas.
- Adoptar una actitud parental positiva hacia el deporte favorece la motivación, el interés, el compromiso y la responsabilidad de los niños y niñas hacia la práctica.
- Cuidar la comunicación expresando sus emociones, respetando las decisiones que se tomen en el ámbito deportivo, y adoptando una comunicación asertiva y positiva será un aspecto clave para favorecer un buen ambiente en relación al deporte.
- Fomentar la motivación interna hacia la práctica deportiva transmitiendo el interés por los beneficios que provoca, como el bienestar físico y mental que proporciona la actividad física, o el desarrollo de competencias, habilidades y valores, reduciendo la presión por el rendimiento y la competición.
- Adoptar unas expectativas ajustadas a su edad y capacidad, recordando la importancia de que el deporte sea un ámbito lúdico donde los y las menores quieran participar sin sentirse presionados.
ACTITUD PARENTAL CON LOS ENTRENADORES Y ENTRENADORAS DEPORTIVOS
Cómo hemos mencionado anteriormente, todas aquellas personas que trabajan con jóvenes, tienen el papel de promover su desarrollo positivo. El contexto deportivo no es menos. Los entrenadores y las entrenadoras deportivas comparten mucho tiempo con ellos, convirtiéndose en personas de referencia para los niños y niñas.
La buena relación entre los padres y las madres de los deportistas y entrenadores y entrenadoras, es fundamental para facilitar la adherencia a la actividad deportiva de los niños y las niñas. Por ese motivo, presentamos a continuación unas recomendaciones para las familias con el fin de establecer una buena y positiva relación con los monitores y monitoras.
- Recapacitar sobre el rol parental en el ámbito deportivo. En este contexto, el papel de madres y padres suele pasar a un segundo plano, siendo principalmente los entrenadores y las entrenadoras quienes toman las decisiones deportivas, por lo que se recomiendan que las acepten y respeten.
- Mantener el contacto. Al igual que con las escuelas, se aconseja mantener una comunicación activa con las personas responsables en el ámbito deportivo para conocer cómo se encuentran los niños y las niñas.
- Respeto hacia su trabajo, y comunicación positiva y asertiva con las disconformidades y quejas que puedan surgir.
- Participar de forma activa en las actividades propuestas por el equipo deportivo. De esta forma los niños y las niñas sienten que la familia está involucrada.