Es verdad que los hermanos y hermanas a menudo discuten, es normal, pero también son los primeros a los que acudimos ante cualquier situación, su amor es incondicional y no nos van a juzgar a la primera de cambio. Un estudio reciente de la Universidad de Seattle detectó que crecer en compañía de hermanos y hermanas puede reducir los riesgos de sufrir depresión y otros problemas de salud mental, constatando algunas ventajas de crecer en compañía.
Son las primeras amistades de los niños y niñas, ya que tienen muchas cosas que compartir: padres, casa, mascotas, familia extensa… También son las personas con las que más tiempo pasan durante su infancia y adolescencia por lo que comparten muchas vivencias y recuerdos. Además, comparten la misma educación, lo que hace que tengan valores similares y hasta en ocasiones la misma forma de pensar, facilitando que los conflictos habitualmente se resuelvan rápido.