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Las relaciones entre hermanos y hermanas

La relación entre hermanos y/o hermanas es sin duda una de las relaciones más importantes que existen dentro de la familia, ya que los hermanos y hermanas son los primeros confidentes, con quienes vivimos las primeras aventuras y con quien tenemos esa relación de amor y tensiones única. Aquellos y aquellas en quienes nos fijamos para construir nuestro propio camino. 

Por esta razón es importante que las personas que estamos a su cuidado, fomentemos que el vínculo que se forma sea positivo, ya que durará a lo largo del tiempo. 

¿Y cómo conseguimos esto?

En toda relación y sobre todo entre miembros de una misma familia es importante construir unos vínculos fuertes, sanos y duraderosLa confianza, el respeto y la empatía son los ingredientes básicos para una buena relación. 

¿Cómo podemos actuar los padres y madres para afianzar esta relación?

Como en todo; lo primero que debemos hacer, es dar ejemplo en mantener buenas relaciones con los demás, ya que somos los modelos de nuestros hijos e hijas. 

Cómo ya hemos hablado, nuestros hijos e hijas imitan nuestros patrones por lo que es importante evitar los gritos y mantener el respeto con cada uno de los miembros de la unidad familiar. Así de este modo nuestros hijos e hijas aprenden a mantener unas relaciones sanas e incluso hace que tengan una mejor autoestima. Si las personas adultas resolvemos nuestros diferentes puntos de vista sin escondernos, nuestros hijos e hijas aprenden poco a poco a gestionar de forma saludable sus conflictos por imitación ya que han visto resolver los conflictos de forma respetuosa.  

Podemos fomentar el juego en familia, que aparte de tener múltiples beneficios, fortalecerá las relaciones entre hermanos y hermanas. Para ello nos ayudará fomentar juegos colaborativos en los que sea necesaria la participación y la creatividad para construir y crear. Evitar abusar de juegos competitivos puede evitarnos algunos conflictos innecesarios. 

Las comparaciones y los celos

Algo muy habitual e inevitable son las comparaciones constantes entre hermanos y hermanas. Esto suele generar muchas discusiones y peleas y a las madres y padres dolores de cabeza. Es normal compararse y de hecho es una de las maneras que tenemos de entender quiénes somos al comprender que somos diferentes a los demás. 

Pero, ¿cómo gestionamos esto los padres y las madres?. Para ello debemos tratar a cada miembro de la familia como único y especial, destacando de cada cual sus atributos positivos y no comparando con el resto de miembros de la familia, ya que como hemos dicho cada uno somos seres independientes y especiales. Podemos buscar momentos para que cada miembro tenga su espacio y evitar comparar a los diferentes integrantes de la familia. La familia además de ser el primer agente socializador, tiene un papel fundamental facilitando la formación de la identidad del individuo. Los niños y niñas hasta bien llegada la adolescencia van aprendiendo a saber quiénes son, fomentando ese sentimiento de pertenencia. El papel de la familia en este sentimiento es acompañarlos para que se sientan seres únicos que pertenecen a un grupo que los quiere y les protege. 

Es verdad que los hermanos y hermanas a menudo discuten, es normal, pero también son los primeros a los que acudimos ante cualquier situación, su amor es incondicional y no nos van a juzgar a la primera de cambio. Un estudio reciente de la Universidad de Seattle detectó que crecer en compañía de hermanos y hermanas puede reducir los riesgos de sufrir depresión y otros problemas de salud mental, constatando algunas ventajas de crecer en compañía.  

Son las primeras amistades de los niños y niñas, ya que tienen muchas cosas que compartir: padres, casa, mascotas, familia extensa… También son las personas con las que más tiempo pasan durante su infancia y adolescencia por lo que comparten muchas vivencias y recuerdos. Además, comparten la misma educación, lo que hace que tengan valores similares y hasta en ocasiones la misma forma de pensar, facilitando que los conflictos habitualmente se resuelvan rápido.  

Las peleas

Si es verdad que los niños y niñas también pelean y esos momentos no suelen ser agradables, pero estos enfrentamientos entre hermanos y hermanas los preparan para la vida adulta. Son capaces de resolver conflictos en pocos minutos, además los vuelve más asertivos, empáticos, son capaces de exponer sus ideas, tener paciencia, dialogar con los demás y exponer sus argumentos. Estas competencias que se adquieren en el hogar los preparan para el futuro para una buena gestión ante la resolución de conflictos. Para ello es importante acompañarles durante los conflictos, pero dejarles espacio para que los resuelvan por sí mismos 

Os dejamos algunos 6 consejos útiles para fomentar una relación sana entre hermanos y hermanas.

  • Un cierto nivel de conflicto entre hermanos y hermanas es normal y no tiene por qué ser negativo, ya es una oportunidad para aprender habilidades de la vida. 
  • Nuestro papel como personas que les cuidan y educan es decisivo, para ello evita a toda costa comparar a los miembros de la familia. 
  • Valida sus emociones, dejando que expresen lo que sienten. 
  • Enséñales habilidades de resolución de conflictos (autocontrol, pensar conjuntamente en soluciones). 
  • Antes de decir o hacer algo sobre lo que dudes, ponte en el otro lado, desde la mirada de un niño o niña e imagina esa misma situación.
  • Observa y después actúa, no te precipites. Ten calma, respira y haz de tus actos un buen ejemplo para tus hijos e hijas. 
Y sobre todo disfruta con ellos y ellas de tiempo en familia y explícales la importancia de esos momentos compartidos.

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